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Las tradwives no son tan demure como pensamos

Las tradwives no son tan demure como pensamos

El problema de las tradwifes va mucho más allá de la aparente romantización de las labores domésticas en redes sociales.

27 de agosto de 2024

POR Sofía de la Paz

Ya hace unos años que surgió el movimiento en redes sociales conocido como tradwives; sin embargo, en los meses recientes se ha comenzado a viralizarse y, como muchas cosas en redes, ha despertado polémica. Pero si nos adentramos un poco más en el tema, nos podremos dar cuenta de que en realidad esto va mucho más allá que un debate en los comentarios. 

 

Pero, ¿qué es una tradwife

 

Si, como yo, pasas más tiempo del que deberías en Instagram o en TikTok, es posible que te hayas topado con estos videos de mujeres en vestidos y delantales, haciendo de comer con ingredientes frescos o incluso hechos desde cero desde la comodidad de su cocina. A estas mujeres se les conoce como tradwives, que viene de traditional wives o esposas tradicionales, y se les conoce no sólo por compartir estas complejas recetas, sino por fomentar la romantización de las tareas del hogar y recuperar el rol de la mujer en los años 50. Ese de una mujer sumisa que dedica completamente su vida al servicio de su esposo y al cuidado de sus hijes. 

 

Naturalmente, esto ha desencadenado un debate en redes sociales respecto a si lo que representan está bien o mal. Las críticas hacia estas mujeres van dirigidas principalmente a que promueven ideas heteropatriarcales y opresoras de la mujer, incluso acusándolas de fomentar la esclavitud moderna de las mujeres. Mientras que, por otro lado, hay quienes creen que al final del día ellas están ejerciendo su derecho a elegir su estilo de vida y no hay nada de malo en ello; además, estas mujeres nos recuerdan que las tareas del hogar es un trabajo valioso y dichoso. 

 

Honestamente, mi postura ante este debate es la siguiente: ¿verdaderamente nos estamos haciendo las preguntas importantes? 

 

Seguido cometemos el grande error de querer separar las situaciones de su contexto y las tradwives no son la excepción. No es casualidad que este fenómeno se esté viralizando justo ahora. Ya se han realizado diversos estudios sobre la relación de las tradwives con movimientos políticos de ultraderecha. Curioso que este contenido se comenzara a viralizarse en Estados Unidos en el 2020, cuando Trump estaba en la presidencia. Y es que lo que vemos en estos videos no sólo es la vida tranquila de una mujer que se dedica al hogar, también vienen cargados de propaganda que promueven los valores de la familia tradicional, mismos que apoyan el partido Republicano.

 

¿Y por qué ahora? Recordemos que Estados Unidos se enfrentará a elecciones en noviembre de este año, y nuevamente, tenemos la polémica candidatura de Donald Trump en la contienda. Trump ha destacado por ser esta figura política que promete recuperar los valores conservadores estadounidenses y se ha vuelto uno de los principales personajes que representan el peligroso avance de los movimientos de ultraderecha en el mundo. Además, se sabe que Trump se ha apoyado de estos “fenómenos” que suceden en redes para exaltar los valores tradicionales y su causa antiderechos. Un ejemplo reciente es el caso de la boxeadora campeona olímpica, Imane, quien recibió múltiples ataques en línea y que el mismo Trump aprovecho para hacer un discurso de odio sobre las personas trans. Pero bueno, eso es para otro artículo. 

 

La verdadera cuestión de las tradwives es que, además de compartir estas recetas o conejos en sus redes, algunas han compartido sobre cómo dejar sus carreras profesionales y dedicarse a sus esposos y al hogar ha sido lo mejor que les sucedió, haciendo hincapié en que el mejor lugar para la mujer es en su casa y en su cocina. Hay quienes incluso se han autodenominado antifeministas, explicando cómo antes eran parte del movimiento feminista hasta que se dieron cuenta que era una trampa y la verdadera satisfacción estaba en ser dependiente (económicamente) de sus maridos. 

 

Muchos medios han analizado el comportamiento de estas mujeres y se les ha acusado de tener personalidades dependientes. Profesionales de la salud mental incluso se han referido a ellas como que hay una “pérdida de identidad y el deseo de volver a algo básico y fácil de entender. Ahí se explica esa relación con el marido, ansiosa y posesiva, como la que mantiene con cualquiera de esos objetos del hogar que cuida de forma obsesiva.” 

 

Pero pensemos por un momento, ¿realmente estas mujeres son tan dependientes y sumisas como nos han hecho creer en sus redes?

 

Algo esencial que tenemos que tener en cuenta es que lo que vemos en redes sociales no es real. Claro que es entretenido ver cómo hacen pastas sumamente elaboradas desde cero, y hasta te hace sentir mal que a ti ni te sale bien la que compras del super, pero es eso: entretenimiento. Al final, todo es un performance que busca retratar lo perfecta e ideal que puede ser la vida de una esposa tradicional. Pero, ¿qué tanto ellas mismas siguen este ideal?

 

No es un secreto que actualmente quienes son influencers pueden llegar a ganar demasiado dinero, según la cantidad de seguidores y a través de la publicidad de marcas que les contratan. Y para quienes se dedican a hacer contenido, es bien sabido que puede llegar a implicar un trabajo de tiempo completo. 

 

Estas mujeres hablan sobre los beneficios de depender económicamente de sus esposos, cuando sabemos que lo que puede llegar a ganar una influencer con el alcance que tienen ellas, puede ser suficiente, no sólo para mantenerse, también para ser una fuente de sustento principal para su familia. Es también por esto que se ha insistido en separar el concepto de tradwife al de ama de casa. 

 

Es completamente diferente dedicarse a la creación de contenido que romantiza el trabajo del hogar, a verdaderamente dedicarse al hogar. Nunca verás en los videos de estas tradwives los montones de ropa sucia por lavar, una cocina repleta de los platos que hay que lavar, verlas al medio día y que sigan en pants porque no has terminado la limpieza de toda la casa, o simplemente el trabajo de tiempo completo que implica el cuidado de les hijes. 

 

Para mí, uno de los verdaderos peligros de la propaganda de las tradwives está principalmente en la implicación que puede llegar a tener para seguir evadiendo el hecho de que el trabajo del hogar debe ser un trabajo digno y remunerado. Me da miedo que, mientras estas influencers presenten esta vida ideal, consumiendo los productos ideales, haciéndole creer a sus millones de seguidores que eso es a lo que hay que aspirar, me encuentre comentarios así en sus videos: 

 

El derecho a que el trabajo del hogar sea digno y remunerado no sólo aplica para las madres, sino para cualquier persona que lo practique. ¿Quién crees que cuida a les ocho hijes de las tradwives mientras graban sus videos? ¿Quién limpia la cocina después de que hacen su cereal desde cero? 

 

Es urgente que salgamos de las pantallas de estas mujeres estadounidenses, y observemos la realidad de muchos hogares en México. Porque para poder romantizar de tal manera la vida de una esposa tradicional no sólo se necesita creer en los valores tradicionales y añorar el antiguo rol de la mujer, también se necesita tener un nivel socioeconómico alto. Y sabemos que en nuestro país existen miles de mujeres trabajadoras del hogar que no reciben un salario ni condiciones laborales dignas. Los valores que promueven las tradwives no son sólo heteropatriarcales o conservadores, también son clasistas y racistas. 

 

Es por esto que debemos de tener cuidado sobre los contenidos que consumimos, pero también la manera en que los cuestionamos. Recordemos que una cosa es la teoría sobre los derechos de las mujeres y otra es que estos derechos verdaderamente se apliquen con una perspectiva interseccional. 

 

Por último, quiero resaltar algo sobre el comentario de la mujer que menciona haber sido un error dedicarse a las tareas del hogar. No debería por qué ser un error tomar esa decisión. Me parece que no hablamos lo suficiente sobre las implicaciones de las mujeres que deciden ser amas de casa y las responsabilidades que tanto sus maridos como el Estado tienen hacia ellas. Seguimos sin deshacernos de esta doble exigencia que existe hacia las mujeres en temas de trabajo, maternidad y trabajo. Y cuando una mujer decide dedicarse al hogar y a la crianza de sus hijes, la conversación no debería girar en torno a si está sacrificando por su familia o cumpliendo su rol, sino cuánto le corresponde económicamente por derecho. 

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