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¿Necesitamos un Cristiano Ronaldo homosexual?

¿Necesitamos un Cristiano Ronaldo homosexual?

No existe una figura masculina en el futbol profesional del más alto nivel en las grandes ligas que públicamente se identifique fuera de la heterosexualidad.

3 de abril de 2024

POR Arlí Aguirre García

Públicado por primera vez, 16 de diciembre de 2022

Sabemos que, en el mundo deportivo, y particularmente en ramas masculinas de cada deporte, el tema de la identidad de género y la orientación sexual son aún un tabú.

 

El futbol es el deporte más popular del mundo con alrededor de 5 miles de millones de fans y más de 275 millones de personas que lo practican regularmente. Se estima que alrededor de 130,000 personas son jugadoras profesionales, y aunque los datos desagregados por sexo aún tienen que ser producidos y analizados, los hombres constituyen la gran mayoría de quienes practican este deporte hoy en día.

 

A pesar de estos números exorbitantes, actualmente no existe una figura masculina en el futbol profesional del más alto nivel en las más grandes ligas (Reino Unido, España, Italia, Francia, Portugal) que públicamente se identifique como homosexual, bisexual, pansexual o cualquier otra orientación sexual que no sea heterosexual.

 

¿A qué se debe esto?

Existe una multitud de razones por las cuales los futbolistas profesionales no han llegado a sentirse cómodos expresando su sexualidad de manera pública. Antecedentes como el de Justin Fashanu en Reino Unido, quien sufrió graves actos de violencia por revelar públicamente su homosexualidad y, por lo cual, su carrera profesional desapareció, nos brindan una clara idea del por qué los jugadores temen “salir del clóset”.

 

Razones históricas, culturales, sociales, incluso a veces raciales y religiosas, se encuentran detrás de este pesado muro al que se enfrentan los futbolistas profesionales.

 

¿Qué debería pasar para que esto cambie?

Como todos los grandes cambios sistémicos en nuestra sociedad, trasformar la visión de los equipos, de los fans, de los directivos e incluso de los mismos jugadores es un trabajo que llevará años, quizás décadas. Sin embargo, nos encontramos en el mejor momento en nuestra sociedad para empezar a tomar pasos más firmes para crear espacios seguros e inclusivos para los futbolistas.

 

Las nuevas generaciones que se han manifestado públicamente y de forma recurrente en la última década han generado cambios importantes en distintos niveles incluyendo la expansión mundial del matrimonio igualitario.

 

Esta “generación de oro” del activismo ha contribuido a crear sociedades más receptivas al cambio y al “despertar social”, gracias también al papel de las redes sociales, dándonos así el mejor momento históricamente, para que emerja el cambio en este tema.

 

Las grandes marcas deportivas como Nike y Adidas están más comprometidas que nunca a promover valores de igualdad, diversidad y respeto. Ya sea por “rainbowwashing” o por convicción real, estas marcas no pueden permitirse cancelar un contrato con uno de sus jugadores si este se anunciara públicamente homosexual. Por miedo a la cultura de la cancelación, los clubes profesionales tampoco podrían tomar decisiones que dañen la carrera del jugador. Además, los medios sociales celebrarían la libertad tomada y el ejemplo puesto por el jugador, lo que podría crear un nuevo fenómeno a nivel mundial y una red de apoyo que le brindaría un mayor nivel de protección. Podría incluso convertirse en la imagen de campañas internacionales, siendo embajador de organismos como la ONU, pero también de actores del sector privado.

 

Sin embargo, para que todo lo anterior suceda, el “jugador del cambio” tendría que ser una figura reconocida. Necesitamos un Cristiano Ronaldo. Cuando alguien como él se sienta libre, preparado y en calma de compartir su orientación sexual, ese día veremos menos violencia en el mundo del deporte y tomaremos un paso gigante para convertirnos en una sociedad más inclusiva.

 

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