La Mutilación Genital Femenina no es cosa del pasado, dejemos de pretender que si lo es.
2 de abril de 2024
POR Ian Gretchen Cadena Schleske
¿Cuántas veces nos han hecho avergonzarnos de nuestro cuerpo? ¿Cuántos castigos sociales hemos recibido por vivir nuestra sexualidad con libertad? ¿A cuántas mujeres se les ha privado de vivir por querer sentir?
Históricamente las sociedades del mundo han encontrado la forma de oprimir y violentar a las mujeres, desde su estética corporal hasta las decisiones sobre su cuerpo. Insultos, segregación, violencia física y demás, son algunas consecuencias que hemos vivido por el simple hecho de nacer mujeres. De igual forma, se nos ha reducido a personas hechas para gestar y cumplir expectativas masculinas en la intimidad, es decir, tener relaciones sexuales es para el goce y fantasía del otro o para cumplir nuestra función reproductiva. Tristemente, no sólo son las figuras masculinas las que han difundido éste pensamiento, la idea anterior es compartida por muchas otras personas como un estandarte de lucha, en donde disfrazan nuestra minimización con ideales de inclusión.
El odio a nuestros cuerpos y existencia por parte de otros se ha manifestado de distintas formas, unas peores que otras. Tal es el caso de más de 200 millones de mujeres y niñas en África, Oriente Medio y Asia, quienes han sido víctimas de mutilación genital. Este fenómeno implica la lesión de los genitales femeninos por motivos sociales y culturales, practicada como una tradición profundamente arraigada en muchas comunidades. En el imaginario social de estos grupos, persiste la idea de que el clítoris es el origen del deseo y los impulsos sexuales lo que les lleva a ser impuras, infieles y “malas mujeres”, en ocasiones tratan de justificarse con el Corán pero es bien sabido que no incluye un apartado en donde se pida mutilar cuerpos femeninos para evitar su irrespetuosidad. Las mujeres son seres creados para la reproducción y el servicio de otras personas, por lo tanto el placer queda prohibido, porque una mujer que disfruta el sexo es el pecado en persona. Es así, que madres, padres y personal médico proceden a violentar los genitales, sin importar la posible muerte, así es, prefieren la muerte que el placer (claro, sólo aplica para mujeres).
El 6 de febrero es el Dia Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina (MGF), día que se piensa clave para concientizar y sensibilizar a civiles y organizaciones internacionales sobre el tema. Así como planear y ejecutar programas dirigidos a erradicar ésta práctica y todas las formas de violencia contra las mujeres, que claramente es una grave violación a los derechos humanos y dignidad de mujeres y niñas. Se hace un llamado a todos los actores internacionales para cooperar y dirigir esfuerzos a la completa eliminación de cualquier violencia que atente la seguridad humana. La MGF no es cultura, es abuso y desprecio por las mujeres, es la normalizacion de la violencia en su máximo esplendor, tanto así que en pocas palabras debemos pedir que no nos vulneren hasta matarnos. No un día ni una semana, cada segundo de nuestra existencia debemos mostrar resistencia, resistencia a las “tradiciones” que nos matan en vida, a los juicios sociales que nos degradan por ser mujeres, y a la falta de empatía que demuestran aquellos que nos consideran un objeto gestante.
He de aclarar que no pretendo ser la voz de ninguna ni ocupar un lugar que no me corresponde en la lucha, pero sí ser un eco de las historias de cada mujer y niña que han sido violentadas o pueden llegar a serlo. Recordemos, la seguridad de las mujeres y niñas es responsabilidad de todas, la salud reproductiva y sexual, así como el placer, deben ser un derecho y no un privilegio. Que no nos suceda directamente y ocurre a miles de kilómetros no quiere decir que no nos duela y afecte de alguna forma, la violencia es violencia, dejemos nuestra indiferencia y apoyemos a todas desde nuestra trinchera.