Reflexiones Rumbo a este 8M

En México, cada día, entre 9 y 10 mujeres son asesinadas.1 Son cifras que conocemos, pero que, con el tiempo, hemos normalizado. Los datos nos ayudan a dimensionar la magnitud del problema, pero no debemos olvidar que detrás de cada número hay personas y vidas. Además, miles de mujeres viven en situación de pobreza y con menos oportunidades que otras, complicando su calidad de vida ¿Esto es justo? Este es el contexto en el que la marea morada se acerca este año: muchas cosas siguen igual y otras han empeorado, dejando un dolor social profundo que resurge cada 8 de marzo.

Rumbo a este 8M, hay muchas cosas que me oprimen el corazón y me hacen sentir pequeña, insuficiente, incapaz de generar un cambio significativo en un sistema que lastima a miles de personas todos los días. Desde mi privilegio y mis oportunidades, me inundan dudas que no sé responder y que me dejan aún más confundida: ¿Hoy me identifico con el feminismo? ¿Es necesario etiquetar siempre mis valores e ideales? ¿Cómo evito invadir espacios que no me corresponden? ¿Me siento segura confrontando discursos de odio? Estos y otros cuestionamientos a veces me paralizan en mi acción y en la forma en que abordo la violencia de género.

Pero este marzo, y todo el año, debe ser una oportunidad para dialogar y acompañarnos en el proceso de construir nuestro propio activismo, de alzar la voz contra las injusticias que ocurren a diario y contra las violencias que hemos normalizado. Es momento de cuestionar nuestras acciones individuales y las del Estado. De volver a platicar en comunidad, con nuestras amistades, familias y personas cercanas, sobre lo que nos duele, nos separa y nos une.

También es momento de ser más critiques con el discurso político, porque este sexenio ha proclamado que “en México es tiempo de mujeres”,2 como dijo la presidenta Claudia Sheinbaum en su toma de protesta. Pero debe ser tiempo también para quienes no se identifican con el género binario y que, al igual que las mujeres, son agredides y vulnerades por la sociedad. Debe ser tiempo de proteger a las mujeres de la militarización, el narcotráfico y la violencia doméstica. De garantizar su acceso a la educación y a la salud. De representarlas en todos los espacios laborales y políticos. De impulsar cambios trascendentales en la protección de sus derechos humanos.

Cerca del 8 de marzo, me acerco a quienes me recuerdan que levantar la voz contra la injusticia y la desigualdad sí puede generar un cambio profundo en la sociedad. Un cambio que lleva tiempo, pero que vale cada minuto invertido. Me rodeo de mi red más cercana, cobijo a quienes se sienten solas y construyo una comunidad más fuerte, porque este dolor que sentimos cada año es una herida social que atraviesa generaciones. Y cuando lo enfrentamos acompañadas, siempre se siente más llevadero.

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1  ONU Mujeres. (2024). Las huellas de los feminicidios en CDMX. Consultado el 26 de febrero del 2025. Disponible en: https://lac.unwomen.org/es/stories/noticia/2024/03/las-huellas-de-los-feminicidios-en-cdmx 

2   Mendoza, Gardenia. (2024). Artículo 14. Claudia Sheinbaum: “En México es tiempo de las mujeres”. Consultado el 26 de febrero del 2025. Disponible en: https://www.articulo14.es/internacional/en-mexico-es-tiempo-de-las-mujeres-20241002.html