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Rebelión desde la tierra: las mujeres zapatistas

Rebelión desde la tierra: las mujeres zapatistas

Es fundamental entender el revolucionario esfuerzo de las mujeres zapatistas en transformar el imaginario colectivo dentro y fuera de sus comunidades.

28 de octubre de 2024

POR Valeria Grassi

Me tomo el atrevimiento de hablar un poco sobre las mujeres zapatistas con mucho respeto y admiración, con la finalidad de poder ocupar mis palabras como un puente para expandir un poco de su historia y su lucha que es sumamente valiosa y digna de ser leída. 

 

En las montañas del sureste mexicano, en una tierra marcada por el olvido y la marginación, un grupo de mujeres indígenas se arriesgaron y pusieron en marcha una de las revoluciones más significativas en la lucha decolonial de la actualidad. Las mujeres zapatistas, pertenecientes al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) desafiaron al poder dominante, al sistema neoliberal y también a las estructuras patriarcales profundamente arraigadas en sus comunidades. En esta revolución, ellas en busca de mejores condiciones de vida, rompieron el silencio y no solo demandaron justicia y reconocimiento, sino que transformaron radicalmente el imaginario colectivo en torno a su papel, su voz y su poder. 

 

La historia de las mujeres zapatistas se queda en la memoria de algunas y en el silencio de muchas. Antes del levantamiento del 1 de enero de 1994, cuando el EZLN apareció en la escena internacional al declararle la guerra al Estado mexicano, las mujeres indígenas de Chiapas enfrentaban una triple marginación: la pobreza extrema, el olvido y la falta de representación por parte del gobierno, agregando las restricciones imaginarias impuestas por el patriarcado en sus propias comunidades. En este imaginario colectivo, las mujeres eran vistas como propiedad, relegadas al espacio doméstico, sin acceso a la educación, ni a la toma de decisiones. Este contexto, no obstante, fue el suelo fértil donde las mujeres sembraron la transformación desde abajo, enraizada en su cultura con una visión emancipadora. 

 

En 1993, se proclamó la Ley Revolucionaria de Mujeres por las mismas mujeres del EZLN, esta ley anunció los derechos de las mujeres indígenas, que va más allá del feminismo. En este documento, las mujeres zapatistas exigieron el derecho a la igualdad en el trabajo, la educación y la participación política. Esta ley significó una propuesta para el replanteamiento profundo de las relaciones de poder entre hombres y mujeres en sus comunidades, las zapatistas buscaban una reconfiguración de los roles de género desde una perspectiva colectiva.

 

Este proceso de reconfiguración, no se puede entender desde el feminismo hegemónico en donde las zapatistas no están representadas, sino desde un feminismo comunal, decolonial e indígena, entendiendo que su lucha está profundamente conectada con la tierra, la comunidad y la resistencia contra el colonialismo. La lucha de las mujeres indígenas es inseparable de la lucha por la autonomía territorial, la defensa de los recursos naturales y el rechazo al neoliberalismo que devasta sus comunidades.

 

Es fundamental entender el revolucionario esfuerzo de las mujeres zapatistas en transformar el imaginario colectivo dentro y fuera de sus comunidades. Mujeres como la Mayor insurgente Ana Maria que fue la responsable de la toma del Palacio Municipal en San Cristóbal de las Casas, la Comandanta Ramona que  fue protagonista de los Diálogos de la Catedral o la Comandanta Esther que fue la oradora principal en el Congreso de la Unión en 2001; cambiaron la percepción de mujeres indígenas. Una percepción que las inclinaba como víctimas pasivas de las estructuras patriarcales y coloniales, a la imagen de mujeres indígenas líderes y resistentes, desafiando las narrativas hegemónicas que las invisibilizan. Cabe mencionar que las mujeres zapatistas han tenido que enfrentarse tanto a la violencia del Estado como a la resistencia dentro del EZLN y sus comunidades. 

 

Es evidente que su lucha trasciende las demandas tradicionales de los movimientos de mujeres liberales. Su propuesta busca crear nuevas formas de convivencia y organización, su lucha radica en la liberación colectiva y la unión. Las mujeres zapatistas proponen la visión en la que la justicia, la equidad y el respeto por la tierra y las comunidades estén en el centro de la vida. 

 

Finalmente, las mujeres zapatistas nos enseñan que el feminismo no puede entenderse fuera de los contextos de colonialismo, racismo y capitalismo, y que para comprender su lucha es fundamental incluir la interseccionalidad. Las zapatistas nos invitan a repensar nuestras propias luchas y a deconstruir las narrativas que privilegian a ciertos grupos sobre otros. En su lucha, nos enseñan que la verdadera emancipación debe de ser una transformación radical y colectiva que incluya a todas las personas, sin importar su género, origen étnico o condición social. 

 

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