En una fecha que es igualmente amada que odiada, tal vez podamos descubrir que el amor es más que un regalo.
17 de febrero de 2025
POR Cynthia Morado
¿Cómo es que las personas nos damos cuenta de que somos amadas? Tradicionalmente hemos asociado el amor con la atracción, el deseo y el cuidado hacia otr@s. Sin embargo, considero que una de las formas más poderosas de expresar nuestro amor hacia otras personas y hacia un@ mism@ es la aceptación.
Esa actitud que implica reconocer y valorar a las personas tal como son, con todas sus características, emociones y pensamientos, sin criticarles o pretender que cambien para agradarnos. ¿Puede haber un acto de amor más profundo que otorgarle a otra persona la libertad de ser quien es sin juzgarla por ello?
Carl Rogers, padre de la psicología humanista, señala que una de las características de las relaciones que promueven el desarrollo de las personas es la aceptación positiva incondicional, la cual define como un cálido respeto a hacia la persona por su mérito propio y se da independientemente de su condición, conducta o sentimientos. Esta aceptación no significa que se deba estar de acuerdo o que se apruebe todo lo que hacen o dicen los demás, pero sí que seamos capaces de darle un valor a todos los humanos por el simple hecho de serlo, sin importar sus acciones, raza, nivel económico, religión, identidad sexual, etc.
Claro que poder aceptar a otra persona sin condiciones implica un elevado nivel de madurez, pero los beneficios son grandes: abre la posibilidad a las personas de aceptarse a sí mism@s sin la necesidad de compararse con otr@s y les brinda seguridad y confianza de que les seguiremos valorando no importando lo que suceda. La aceptación también tiene el poder de construir puentes de inclusión al liberarnos de prejuicios propios, culturales, religiosos y éticos. E igual de importante, cuando nos acostumbramos a vivir nuestras relaciones desde la aceptación, desarrollamos factores protectores que nos permiten identificar y alejarnos de relaciones violentas.
En este 14 de febrero valdría la pena ver hacia adentro y preguntarnos si somos lo suficientemente segur@s de nosotr@s mismos para aceptar la individualidad de l@s otr@s y permitirles ser quienes quieran ser, así como revisar qué tan aceptad@s nos sentimos por quienes nos rodean.